Manifiesto elaborado por personas que participaron en los acontecimientos de mayo de 2011 en Madrid, cuando la resignación dejó paso a la ilusión.
Los que mandan en Europa siguen reclamando más y más ajustes, privatizaciones y moderaciones salariales para que el poder del dinero siga acumulando riqueza a costa de arruinar a poblaciones enteras. Mientras, los que dicen gobernar para salvarnos siguen la hoja de ruta de la austeridad, culpando a quienes estamos pagando la crisis.
Un año después de que la plazas se llenaran de indignación, los que gobiernan no han solucionado nada ¡Qué se vayan todos! Especialmente los dos partidos mayoritarios, que se han demostrado incapaces de proponer un modelo político, social y económico beneficioso para la mayoría de la sociedad. Bien al contrario, han avanzado en la depredación de los derechos colectivos, la destrucción del empleo y el aumento de la miseria. No nos representan.
Tampoco debemos nada a los banqueros europeos, ni a Draghi, ni a Merkel. Europa está secuestrada por la Troika y las elites financieras. No habrá Europa si sus ciudadanos no tienen casa, ni curro, ni pensiones, ni sanidad, ni educación. No hay proyecto europeo sin una nueva carta de derechos para todas y todos los europeos, hayan nacido en el viejo continente o hayan llegado para rejuvenecerlo. Pero las cosas no vienen dadas, solamente un movimiento social que aglutine a gentes diversas de toda Europa será capaz de conseguir una constitución que establezca ponga las bases de una democracia real, donde la riqueza y el poder estén repartidos y las personas sean el centro.
Desobedezcamos a la deuda como sistema de gobierno y su dictadura tecnocrática. La deuda la han creado los mismos que nos la quieren cobrar. Esa deuda solo está en sus papeles y seguirá creciendo hasta que digamos basta ¡No debemos! ¡No pagamos! ¡No nos vamos!
Decimos basta. Queremos nuevos derechos para una nueva realidad. Un nuevo pacto social europeo. El código fuente de una democracia digna de tal nombre. No esperaremos sentadas mientras los gobernantes miran para otro lado, nos ilusionamos pensando que la gente conseguirá esos derechos si actúa como si ya estuvieran en vigor.
Vivienda
Derecho garantizado a una vivienda digna a través de alquiler social y mediante el fomento de cooperativas.
Dación en pago retroactiva y auditoría de las hipotecas de alto riesgo.
Derecho a la toma de espacios que estén sin uso por un plazo mayor a un año y gravamen a las viviendas vacías.
Control del mercado de suelo urbanizable para evitar su uso especulativo y fuertes recargas fiscales a las plusvalías inmobiliarias.
Educación y conocimiento
Financiación pública de la educación para garantizar la igualdad de oportunidades y el encuentro entre diferentes. En la era del conocimiento, el acceso a formación debe estar garantizado a lo largo de toda la vida.
Democratización de la gestión de los servicios educativos para asegurar su mejora a través de la extensión de las comunidades educativas.
Público acceso, a través de una Internet libre y gratuita, a los productos del conocimiento.
Salud y cuidados
Financiación pública para el acceso universal a los servicios sanitarios de toda la población residente.
Democratización de la gestión de los bienes sanitarios para asegurar su sostenibilidad.
Reorganización social de los cuidados porque cuidar de otros no puede ser tarea de las mujeres y el derecho a ser cuidado debe ser una prioridad social, simbólica y económica.
Empleo y Renta Básica
El empleo debe ser un medio para generar bienestar social. La precarización de las condiciones laborales y el aumento de la edad de jubilación perjudican a la mayoría de la población personas. La jornada laboral no debe impedir el desarrollo de la vida social de las personas, por ello es necesario su reparto y la apuesta por empleos socialmente útiles.
Cualquier persona tiene derecho al disfrute de la riqueza que creamos entre todos y todas, por ello, aún más en tiempos de crisis, es necesaria una reforma fiscal que posibilite una Renta Básica Universal que garantice la vida de las personas.
Bienes naturales
El agua, los mares, el aire y los bosques son bienes comunes. Por ello, su aprovechamiento y gestión deben estar bajo dominio público y control democrático para garantizar su disfrute y sostenibilidad.
Ciudadanía universal
Las personas tienen derecho a decidir dónde quieren establecer su residencia para contribuir y disfrutar de su entorno social sin miedo a ser excluidas de la atención médica, retenidas en una redada racista, encerradas en un Centro de Internamiento o deportadas.
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