La Incolora se dispone, una vez más a hollar las tierras de nuestros antepasados, hoy tocan los vettones, pueblo que entre los siglos I a V A.C. ocupó el castro de Ulaca en el actual pueblo de Sotosancho (Ávila).
Como siempre, a las 8’30 en la estación de Villaverde Alto, ya estamos todos ¿Todos? Y Julierpa hace el recuento: saludos, besos, abrazos… ¡En marcha! Promete un día despejado, soleado y con una agradable temperatura ¡Maravilloso, maravilloso!
Esta vez hay cánticos matutinos, estamos inspirados y eufóricos y se nos mete entre ceja y ceja crear nuestro himno incoloro con la música de Gaudeamus igitur y una letra con reminiscencias vettonas que dice así:
Vamos juntos todos/ al castro de Ulaca /los de la Incolora/ a ver las verracas.
Subiremos muchas piedras/ vadearemos algún río/y nos perdeeeeremos/ por cualquier camino.
Y con estas iuventudes/ y con estas senectudes/ llegareeeeeemos/ nos daremos un buen tute.
A Vetonia arribaremos/ sacrificios faceremos.
Preparaos pueris/ pa los sacrificios) haremos morcillas/ con vuestro higadillo.
Vuestra sangre beberemos/nuestra sed apagaremos/ a los dioses gaudaremus/ sus favores ganareeeeeemos/ ¡Y en Vettonia triunfareeeeeeeemos!
Y todavía alguien se preguntará cómo se nos ocurrió esta letra un tanto escatológica, la fórmula es fácil: Nando, experto en latines, los vettones ofrecían sacrificios humanos a los dioses y muchos niños en la expedición, estaba cantado y nos pusimos a dar el cante a todo el autobús para amenizar el camino.
Llegamos al pueblo de Solosancho (primer divorcio literario), desayunamos, compramos tortas típicas, hicimos cola mixta para desaguar, volvimos al autobús y a los 5’ bajamos para comenzar la caminata: mochilas, bastones, gorras, protección solar…¡En marcha!
Seguimos la ruta leyendo los distintos paneles informativos, vimos los restos de murallas formando barbacanas, las viviendas, los baños calientes, templados y fríos que se prestaron a múltiples conjeturas, unas flores preciosas de cuyo nombre científico no puedo acordarme, pero que popularmente se conocen como falsa achicoria. Los vettones supieron elegir un lugar privilegiado con una visión en 360º, al estilo de los monasterios. Pero lo mejor estaba por llegar: el altar de los sacrificios y nuestra chiquillería emocionada: que si me coloco aquí para que corra mejor la sangre, a este lado la cabeza…, total, mucho cachondeo. Antes de comenzar la bajada, en unas charcas entre piedras descubrimos, para unos, renacuajos, para otros, peces con patas, para otros peces radiactivos (tenían una bolita naranja).Comenzamos el descenso y pudimos ver un par de esqueletos de vaca que nos recordaron el lejano oeste, los niños estaban encantados. Por fin llegamos al río y nos dispusimos a comer junto a él, la hierba estaba mullida, el sol bañaba su piel…
¿Qué decir de las comidas incoloras? Los hay que se esmeran y hay que agradecérselo, se comparten las delicatessen, las trufas, chocolates, tés…
Esta vez muchos no durmieron la siesta sino que estuvieron observando a dos escaladores hasta que coronaron, hubo aplausos y saludos por ambas partes, parecía Al filo de lo imposible…
Llega el momento de recoger y emprender el camino de vuelta. Íbamos contentos y confiados con Julierpa a la cabeza y, como debe ser, NOS PERDIMOS y entonces empezó lo mejor de todo: había que cruzar un río o dar una vuelta y un Mc Giver espontáneo saltó a la otra orilla, nadie sabe cómo, atravesó unas ramas y cuando ya nos disponíams o cruzar algunos osados, Julierpa gritó TIERRA, es decir MERENDERO y seguimos al líder. Fue muy divertido, tuvimos que pasar por un puente tibetano, es un decir (Mc Giver, el tuyo me gustaba más). Pasó toda la expedición sin sobresaltos y Nando hizo el Tarzán. Ya encaminados, llegamos al pueblo de Sotalvo y nos dirigimos a reponer fuerzas al bar-centro cultural del pueblo, donde dimos vidilla durante 10’ a toda la muchachada nui que jugaba a las cartas. Vuelta al autobús y nada más arrancar se nos pone en ebullición la mente pues hay que poner muchos nombres pataliébricos: Esternillante, Pacocochas, Rosabrosa, Inexpresso, Jesustito, Jorgenoma, Educardo, Carmembrillo, Ivandelao, Javiolín, Oscartucho, Luislamista, Isavelorio, Angelesdeducha, Juantesdelana, Luciática, Albacalao, Andres (3)de.
¡UN REGISTRO DE NOMBRES PATALIÉBRICOS YA1
Fernando nos reparte hojas con letras de canciones, MARAVILLOSO, y aunque nos apagan la luz (esto no puede ser casualidad), llevamos una linterna. Estamos que nos salimos y cantamos muchas canciones enteras, lo nunca visto (literal).
Llegada a Villaverde Alto, el resto de incoloros nos felicita ¡Os sabíais las letras! Y con la autoestima por las nubes, unos se despiden in situ y otros se van a La Mancheguita. Y esto es todo, amigos.
PD: Pedro y Javi Coleta, no se os ocurra volver a faltar, sufrimos mucho.
Ángelesdebaño
Pilarcalina dice
Fue emocionante, también, ver salir la luna desde el autobús… si hubiera habido luz para leer las letras de las canciones, probablemente nos lo habríamos perdido…
Gracias por llevarnos de excursión!!