Ecologistas en Acción denuncia la continua muerte de árboles singulares a causa de las obras de Madrid-Río. En los alrededores del Puente de Segovia esta situación se está repitiendo sobre ejemplares como cedros y platanos bicentenarios de gran porte, que consiguieron sobrevivir a las obras de la M-30, pero no a las actuaciones de Madrid-Río.
Varios ejemplares de árboles de gran porte –que sobrevivieron a unas obras, las de la M-30, que acabaron con cerca de 30.000 árboles de la capital– se han secado o están a punto de hacerlo a causa de las obras de Madrid-Río. Se trata de unas actuaciones de supuesto embellecimiento, que llevan incluida la plantación y reposición de un arbolado que se puede calificar de quita y pon, sin reparar en los ejemplares de mayor porte preexistentes.
Así, dos ejemplares de cedros del Líbano, Cedrus libani, de un conjunto de cuatro árboles de esta especie, situados en las proximidades del Puente de Segovia se secan de forma irremediable desde hace unas semanas.
Cerca de allí unos plátanos bicentenarios pueden correr la misma suerte por maltrato similar. Hace pocas semanas fueron retirados en los alrededores (Paseo de la Virgen del Puerto) media docena de plátanos de sombra, Platanus hispanica. Allí han pasado tres largos años convertidos en postes de conducción telefónica o similar, y no soportaron el trauma de su traslado. El costoso trasplante no sirvió más que para lavar la cara de aquella masiva “eutanasia arbórea” que ahora se pretende remediar con arbolitos de quita y pon.
En la misma zona, cerca de la desmantelada Puerta del Río, unas casetas de obra se asientan bajo unos plátanos de sombra tan añosos que vieron el paso del afamado José Bonaparte a comienzos del s.XIX en su efímero periodo como rey de España, cuando gustaba utilizar el Palacete de los Vargas como residencia. En su entorno se multiplican numerosas zanjas, conducciones, vertidos de obra, etc. Todo está en el lugar menos adecuado para preservar el futuro de esta veintena de plátanos históricos.
El asunto resulta más relevante todavía puesto que estas instalaciones vulneran la reciente declaración por parte de la Asamblea de Madrid de la Casa de Campo como Bien de Interés Cultural, convirtiéndola en papel mojado.
Ecologistas en Acción exige a los responsables de Madrid-Río una mayor sensibilidad en el tratamiento del arbolado, así como el inmediato desmantelamiento del poblado de casetas de obra situado junto al Palacete de los Vargas y que afecta seriamente la supervivencia de estos árboles singulares.
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