Como es costumbre, quedamos a las 08:30h. Sobre esa hora la mayoría del grupo estaba ya presente, pero salimos de Villaverde diez minutos tarde; ya estamos acostumbrados a que pase esto. Es casi imposible que todos lleguen puntuales. Tras una pequeña pausa en la Venta Marcelino del Puerto de Cotos, en la que aprovechamos para desayunar, llegamos a nuestro destino, el Centro de interpretación de Peñalara. Una vez allí pudimos elegir dos caminos: uno que era el más largo y llegaba al pico de Peñalara por peña Citores y dos hermanas, y otro, más corto, que nos llevaba hasta la laguna grande de Peñalara.
Mi tía y yo decidimos no arriesgarnos y tomar el camino corto. Después de un sencillo y hermoso camino llegamos a la laguna donde decidimos hacer una corta parada para reponer fuerzas. Tras media hora reanudamos la marcha hasta enfrentarnos a una de las partes más difíciles del camino, una cuesta muy rocosa en la cual algunos(por no decir la mayoría) necesitamos ayuda para escalar. Cuando, por fin, llegamos al punto donde habíamos quedado con el otro grupo, el refugio de Zabala, estuvimos media hora esperando y viendo que tardaban y el hambre que teníamos, empezamos a comer. Cuando la mayoría habíamos terminado de comer empezó a llegar el otro grupo. Algo más de media hora después emprendimos el camino de vuelta al autobús, lo cual provocó que casi todos acabásemos con dolor de pies o rodillas debido a la pronunciada cuesta abajo.
Fue un buen día y muy divertido.
Esther.