Después de varios meses sin realizar ninguna salida al monte, por fin lo hemos conseguido, un total de 51 personas hemos cogido carretera y bocadillo y nos hemos presentado en Canencia. En la mayoría de comentarios se notaba que había necesidad de un reencuentro montañero. Esta vez el recorrido que hemos realizado ha sido bastante suave, para adaptarnos un poco a las nuevas incorporaciones así como a que no fuese una ruta demasiado desconocida para quien nos ha hecho de guía, Mikel.
Se nos han incorporado 10 personas de origen ucraniano, esto ha sido gracias a la Asociación Ucraniana, con la que mantenemos una estrecha relación, y que tiene su sede al lado de la nuestra, nos han hecho buena difusión entre sus componentes.
También hemos contado con la presencia alegre y saltarina de Otto y Curro Jiménez, dos perritos que han cambiado la monotonía de los paseos por la ciudad por la de un paseo olfativo por el monte.
La ruta ha comenzado en el aparcamiento del puerto de Canencia, iniciando un ligera pendiente hacia arriba, para a los pocos metros iniciar un suave descenso hasta la Chorrera de Mojonavalle, donde nos hemos recreado con su belleza y donde Roman de 7 años, ha metido el pie en el arroyo, su madre llevaba repuesto de todo, menos de zapatillas.
Nos hemos deleitado con la visión de abedules, acebos, tejos y pinos. María nos ha ido explicando las características de algunos de estos árboles. caminábamos por un manto de hojas, ya secas, que si hubiésemos venido un mes antes hubiese sido un manto muy colorido, pero aun así ha merecido la pena. Carlos e Iza, asistentes al curso de fotografía de la Asociación han realizado fotos espectaculares que en breve colgaremos.
Una vez terminado el recorrido, el autocar nos ha llevado hasta el pueblo de Canencia, donde un grupo ha partido directamente al Albergue Juvenil La Cabaña De Luis Pinilla, eran las 15h., el hambre ya se hacia notar. Mientras, otro grupo no ha dejado de tomar el aperitivo y la cervecita de rigor.
El albergue nos ha acogido con su calor, gracias a Jose, Miguel y Victor, en varias mesas, en las que casi cabíamos, hicimos el despliegue de viandas varias, nos sorprendió, Elena (ucraniana) con su tortilla de patatas española. También hicimos pasar a algunos de este grupo de ucranianas a la ceremonia de beber en bota. Como sobremesa, los anfitriones nos prepararon café con pastas.
Como remate final, la vuelta en autocar, estuvo amenizada por el terremoto Izabella, con una serie de juegos, mezclados con canciones en polaco, ucranianas y cómo no españolas. El grupo de la “mancheguita”, remato la faena con una caña.
Nos quedamos con el buen sabor de boca que nos ha dejado la excursión.
Algunas fotos de la excursión:
Elena dice
Hemos pasado fenomenal! Era una excursión inolvidable! Muchas gracias.