Sábado, día 13 de Noviembre del 2021
Comenzamos nuestro día a las 8:15h de la mañana en la Renfe de Villaverde Alto, nuestro autobús estaba parado, observando nuestras caras de sueño y frío y los pequeños alrededor de sus madres, con cara de pocos amigos. Pero a pesar del esfuerzo realizado, mereció la pena, cuando el autobús comenzó su trayectoria hacia la sierra norte de Madrid, con dirección hacia el Puerto de la Morcuera. Cuando nos aproximábamos hacia Miraflores de la Sierra, empezamos a observar el paisaje cambiante y llenos de colores otoñales, vacas pastando y ovejas sin esquilar porque comenzamos el invierno, nuestros ojos se empezaron abrir más y con ganas de que el autobús parara y poder empezar a caminar.
Iniciamos la ruta a 2km del Puerto de la Morcuera, en dirección a Rascafría, atravesando una cancela que nos avisó de que empezaba nuestra ruta en una pista de tierra sin ninguna dificultad para todo nuestro grupo, tanto madres, padres y niños/as y demás acompañantes comenzamos la ruta con muchas ganas y energía, durante unos 600 metros nos dejamos llevar por un leve descenso para después afrontar una suave pendiente durante los 1,8km. Después bajamos hasta llegar al Puerto de Canencia, sin dificultad.
A lo largo del camino, paramos en varias ocasiones para reponer fuerzas, comer o beber algo y hacer fotos. El espectacular paisaje otoñal, rodeados de bosques pinos, abedules, tejos, enebros, helechos y cascadas de agua debido al deshielo, también quedaban en el camino restos de nievey de hielo de las heladas que se producen en el Puerto de la Morcuera y Puerto de Canencia.
Cuando ya habíamos recorrido 7,5 km de el inicio porque nos encontramos con un cartel informativo de madera que nos daba la pista que ya quedaba menos camino por recorrer para llegar, nos encontramos el Centro de Educación Ambiental El Hornillo, desde hace tiempo no se le da ningún uso lamentablemente y que sirve de punto de entrada a la senda de acceso a la Chorrera de Mojonavalle. Algunos de nosotros bajamos para poder visualizar y recrearnos de la cascada final y del paisaje tan hermoso, el trayecto fué 1,5 km de bajada para luego subir y encontrarnos con el grupo de nuevo.
Finalmente nos dispusimos a seguir nuestro viaje hacia el pueblo de Canencia, el autobús nos recogió para acercarnos al pueblo, que nos tardamos ni 10 minutos en llegar, dejando atrás los pinares y bosques mixtos de rebollos y abedules.
Al llegar al pueblo, el autobús aparcó y nos dispusimos a llegar al Albergue de la Fundación Luis Pinilla, solamente nos quedaba para llegar 1,5 km más, para comer y descansar.
Nuestra sorpresa fue que era el cumpleaños de Esperanza y su madre nos sorprendió con un enorme bizcocho casero de yogur con bolitas de chocolate para celebrar el cumpleaños de su hija.
Los niños/as disfrutaron jugando dentro y fuera del Albergue, mientras que los demás aprovechamos para ponernos finos filipinos!!, bocatas, frutos secos, chocolate, bizcocho, etc…… era evidente que teníamos que reponer fuerzas.
También nos dimos cuenta y añoramos a nuestra querida Izabella que no pudo acompañarnos en este viaje por motivos personales. Pero al menos nos dio alegría encontrarnos con Jose que estaba allí esperándonos y se había encargado de poner la calefacción para darnos la bienvenida, al final fue Lorenzo nuestro sol, el que nos dio calor y no nos hizo falta nada más.
El regreso al pueblo de Canencia, donde el autobús nos esperaba para regresar a nuestro Villaverde Alto fue lo más duro del día, porque sabíamos que terminaba un día maravilloso, lleno de encantos, sol, naturaleza y buena gente.
Continuaremos en el siguiente capítulo……Villaverdenses montañeros…….
Miguel dice
Muchas gracias a todos y a todas por participar y hacer que pasáramos un gran día, y sobre todo a los niños y niñas que alegraron la excursión con su presencia y su alegría y a los padres por hacer ese esfuerzo porque sus hijos disfruten de la naturaleza
Muchas gracias
Arantxa dice
Una excursión de 10!! La disfrutamos un monton!! Deseando poder ir a otra en tan buena compañia!!!