Atendemos al llamado de la Incolora, que, con su espíritu participativo de siempre, organiza una salida a la hermosa sierra de Cercedilla y nos pone de ruta una caminata apta para todo el mundo.
La mañana está fresca, las nubes amenazan con algo de lluvia; pero en la Estación de Villaverde Alto nos recibe el sol y los amables saludos de la peña que se vuelve a encontrar.
Saludos por aquí y allá; nos dan un díptico de la salida, muy chulo pues a veces nos olvidamos los caminos que andamos.
Algunas familias avisan a última hora que no vienen, nos apena ver asientos vacíos; pero el entusiasmo va en aumento y nos enrumbamos a Cercedilla tras la espera de cortesía.
Nos dan la bienvenida, nos informan de algunas actividades actuales de la asociación y el barrio; también reparten lotería que nos hará acercarnos a la asociación el 23 de diciembre a recoger los millones. Y si no, a saludar a la asociación vecinal que siempre está activa en bien del barrio.
Llegamos a buena hora y Javi y compañía nos guían por la senda, al inicio encontramos unas cuestan que nos quitaron el aliento, luego el camino se hizo más suave… pero las nubes nos rodearon y un sirimiri constante nos acompañó hasta la hora de comer y la mitad del camino.
Un pequeño disgusto, al pedir espacio alrededor de un albergue de la Comunidad de Madrid (que pagamos con todos nuestros impuestos) y no nos dejaron… tuvimos que resguardarnos alrededor de un refugio … al lado de los servicios.
Repuestos con los ricos bocatas y líquido elemento; seguimos con la segunda parte de la caminata, el tiempo mejora y la ruta se llena de agua alrededor y bosques maravillosos llenos de magia. En el camino, setas variadas, frutos del bosque, las hojas deslumbrando con sus colores verdes, amarillos y tostados propios del otoño.
Una guía singular: María nos cuenta secretos del bosque y quienes lo habitan, escuchamos atentas toda la panda y aprendemos en el camino de la gente más joven que contagian energía y nos llevan la cuenta de lo andado y de lo que nos falta.
Como el grupo es aplicado llegamos temprano al pueblo, con tiempo para repostar con un café y/o colacao. Ya en el bus, Javi nos recuerda la historia de la Incolora y la importancia de seguir trabajando en colectivo. Nos anima a compartir fotos en la web que siempre nos actualiza de la vida asociativa. Apenas arranca el bus se escuchan ronquidos y risas que acompañan el viaje de vuelta. Y ya pensando en la próxima excursión que será en primavera… y fuimos felices y podríamos comer perdices … o lo que nos guste más en este otoño. Nos recuerdan que de premio esta noche se duerme una hora más y tomamos nota!
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