La Peñota
Como es de rigor en todas las excursiones de La Incolora, quedamos en Greenvillage underground and railway station (Villaverde, estación de tren y Metro) a las 8,30 de siempre,y nos rejuntamos sobre las 9,00 en la puerta de embarque: saludos, besos, apretones,pasada de lista y al autocar dirección al
Puerto de Guadarrama (1511mts.).
El día soleado, aunque muy frío, hacia presagiar una jornada con muchas vistas de paisajes e incluso,por que no, con algo de bronceado de altura a lo, Baqueira. Según nos aproximábamos a terreno nacional y a la altura del túnel confirmamos que la única nube existente en la Sierra de Guadarrama, esta posada en la cumbre de La Peñota.
Descendemos del autobús entre un fantasmagórico pero hermoso paisaje, blanqueado por la escarcha, el hielo y la agradable temperatura de -2ºC.,en el límite de la provincia de Segovia con La Comunidad Autónoma de Madrid en el Alto del León donde echamos fotos, cafeses, copas, preparamos los cuerpos y el material para la ascensión propiamente dicha. Consultamos planos regulamos altímetros nos cubrimos orejas, manos y “sabiolas”(cabeza, en “unfardo”, jerga utilizada en el tango) con una suerte de multicolores elementos que confeccionan una hermosa paleta de colores de nuestro grupo .
De esta guisa emprendemos el camino cruzando la carretera en dirección Norte hasta el Cerro de Matalafuente (1675mts.) en el primer tramo y sobre el Alto de la Sevillana (1556mts) encontramos las primeras fortificaciones que aún se conservan del frente de Guadarrama, Agustín haciendo gala de ese don de palabra que le caracteriza, nos da unos breves pero muy didácticos datos sobre algunos de los episodios del frente y el tipo de fortificaciones con las que vamos a ir topando.
Nuestra primera juntada la hacemos en el Cerro, parece que el Julierpa después de lastrar las piedras que albergaba en su riñón corre cuan gacela y deja atrás a algunos/as compañeros/as, lo cual no es recomendable teniendo en cuenta que con la niebla que tenemos no se ve “ni a cantar” y es peligroso distanciarse mucho.
Una vez reagrupados seguimos por un frío camino entre granitos y pinos de formas caprichosas modelados por las ventiscas hasta la Peña del Cuervo (1705mts.) pasando el Collado de Matalafuente, hacemos otra juntada para consensuar el camino de vuelta y surgen los primeros rajamientos: “que si queda mucho?”, “que si era facilita la marcha”, “que yo os espero aquí”, en fin, las consecuencias del mal de “Jartura”, unos cuantos ánimos y unos pocos “venga no seas así, que te esperamos….” después retomamos el Camino, con sufrimiento incluido.
Alcanzamos la Peña del Cuervo y descendemos por el Collado del Mostajo, lugar donde un pequeño grupo decide esperar, más o menos a refugio y comienza la ascensión a La Peñota (1945mts.) en un paisaje indescriptible y con una dificultad añadida por el hielo. Serpenteamos en la subida con paso seguro y cuidadoso entre riscos, algunos se quedan a esperar, otros a pocos metros de la cumbre viendo que la cosa se pone fea y valorando los pros y los contras, decidimos dar la vuelta y emprender el camino de regreso.
En el Collado del Mostajo, hacemos otra juntada e iniciamos el camino, descendiendo por una senda invadida por el agua helada que proviene de la Fuente del Mostajo que nos lo pone un poco complicado.
En la cabaña que se encuentra en la base de la Loma de Ardites (1500mts.) que sirve de refugio nos disponemos a degustar los platos y aperitivos que los andarines/as traen consigo: un sin fin de emulsiones, deconstrucciones, olores, colores y sabores “azuzan nuestro catacaldos interior” al que satisfacemos probando de todo lo de todos y a una temperatura ambiente que deja helado a cualquiera, bebemos y comemos echando leches porque como dijo el actor autodidacta stallone “no sentíamos las piernas”.
Sin café ni “na” y ateridos rumbo a la Panera destino final de esta excursión, con paso ligero más que nada para calentar, caminamos por una pista forestal que discurre a la falda de el Mostajo(1455mts.), en un pinar de explotación maderera del tipo a los de Valsain como es normal en toda marcha y como el camino es muy aburrido decide nuestro amado guía hacer un “atroche a la derecha y pabajo”, nos interna en el precioso bosque de pinos con un silencio de comando abrimos y cerramos cercas a nuestro paso que nos conducen al Rio Gudillos que recorre el Área Recreativa de la Panera destino final, donde nos aguarda el autocar.
Con puntualidad Británica a las 6,00 p.m. colocamos los cachivaches en el autobús y emprendemos la vuelta parando en el puerto a tomar un tentempié y a salivar con los chuletones, quesos y viandas del bar.
Llegamos a Villata y nos despedimos algunos y otros nos fuimos “a cañas” que bien merecidas nos las teníamos.
Se echo de menos a los que no pudieron venir, los que fuimos, que para otra vez será lo de las vistas desde La Peñota.