CRÓNICA EXCURSIÓN A LA PEDRIZA, 22 del 10 de 2005
CRÓNICAS “ANFIBIAS”
La marcha había sido tan deseada que su convocatoria se convirtió en un éxito: Por primera vez ¡overbooking y lista de espera en las plazas del autocar! El último asiento se subastaba a través de e-mail, como boleto de lotería: “Sres y sras el primero que llame se lo lleeevaaaa”. La asistencia fue la más amplia y plural que se recuerda. Grandes y pequeños, de Villaverde, de Getafe, de la Uni Carlos III, de Orcasitas, de Alcorcón y hasta de Toledo vinieron a pesar de lo que caía y de que la cita era a las 8 y media de la mañana de un oscuro sábado de octubre.
El color “panza de burro” que mostraban las nubes no presagiaba precisamente un sol espléndido. Ni la lluvia desde antes de amanecer, ni las predicciones del tiempo, ni el Meteosaz, pero los abnegados excursionistas esperaban en la estación sin dudar de su destino: las cascadas del Purgatorio en Rascafría.
Arrepentirse, volver, traicionar los principios de un buen montañero, eso nunca. La reciente habilitación universitaria del líder espiritual que conducía sus pasos había llenado su alma de un optimismo y alegría que proyectaba en sus seguidores. “Esto es una nube…” ¿No falta nadie? ¿Y la Pepa? ¿Que se ha ido a Soria sin decir ni pío ? Pues en marcha …
Pero las dudas anidan en el corazón de los líderes y a veces tienen que contradecir sus propias órdenes y maniobrar con la mejor intención para cambiar la ruta. Claro está que algunas personas no comprenden las estrategias y protestan : “Eh, ¿a dónde vamos? que por aquí no se va al La Morcuera Los insurrectos del asiento de atrás armaban bronca y pedían explicaciones al tiempo que protestaban: Eh, eh que esto no se ha votado! Pero el líder se acercó pacientemente y dijo una de sus frases memorables: ¡Hijos si fuéramos a Morcuera tendríamos que hacerlo en canoa, allí está lloviendo mucho.! La más subversiva pareció aplacada de repente y se mostró sumisa, aunque no convencida, lo que provocó un coro de risas traseras de los elementos más cínicos que gozaban con su derrota.
Cambio de rumbo, a la Pedriza, al Puente de los Poyos esa era la nueva meta. Las maniobras envolventes, incluida la visión obligatoria y tronante de película infantil en el video tuvieron su resultado. Aturdidos llegaron a Manzanares el Real y llovía, llovía, como la canción .
En Cantocochino comenzó la marcha, mientras se escuchaban las frases del colectivo ¡Qué putada de lluvia, pero esto pasará! ¡ Por qué no se ha podido ir a Rascafría, eh? ¡Mamá, las excursiones con agua, no me gustan nada! Pero allí el guía espiritual aplicó su táctica número 7: “Dale duro a la rampa, para que no se acuerden de la lluvia”, auténtica fuga adelante o hacia ninguna parte…razonable.
Y llegaron empapados al Collado Cabrón, que como su nombre indica está lleno de piedras resbaladizas por las que se deslizan las botas como esquíes, incluso las de suela Vibran.
-“Ahora toca comer unos saladitos y beber agua”
-“ Más agua todavía”.
– “Esto es sólo un calabobos”.
– “¿De que es este sándwich? Es “pan bañat”.
Y el líder, como un buen montañero y mas si es ecologista, disfrutaba de la lluvia, porque los pantanos se van a llenar, y el arroyo de los Pollos volverá a sonar de nuevo, y el canal de Isabel II traerá a la capital su preciado fluido, y decidió seguir adelante hasta la meta final.
Algunos seguidores achacaban el aguacero al parto de Leticia, por aquello de intuir que a lo mejor la princesa había roto aguas y como es asturiana y le gusta celebrarlo todo con lluvia… Otros protestaban de que la prometida ruta de nivel bajo no era esto… Pero pronto los obstáculos reales taponaron literalmente nuestras metas: no había forma de salvar las rocas para llegar al Puente de los Poyos porque la cola que se había formado para entrar en la cueva resbalaba peligrosamente hacia abajo.
Así que se dio la orden de regreso, de boca en boca, la consigna fue pasando:
– Nos volvemos, para abajo, que me tiras …
– Mario, ¡bájate de ahí que te vas a matar!…
– Oye, pero ¿dónde está Julio?
– ¿Alguien tiene un mapa de La Pedriza?
– Yo necesito un GPS para mi sola.
Esto ¿cuántos puntos vale?
¿Ya empezamos a bajar?
El andar incesante, como las gotas, acompañó la marcha todo el día. Un pequeño claro en el bosque permitió un breve descanso donde se hizo una parada de pie para comer los escasos víveres que se habían salvado de la tormenta y reponer las fuerzas con la poción mágica de Arsenio. La pequeña tregua que dio la lluvia para darle al bocata hizo bueno el dicho de que “Dios aprieta pero no ahoga” , al menos del todo porque, para ser fiel a la verdad, hay que reconocer que el agua nunca les llegó al cuello.
Para los que no tuvieron la fortuna de acudir a esta senda, sólo dos datos objetivos para que se hagan una idea de lo que se perdieron:
1º) Los escasos montañeros que se cruzaron con la multicolor marcha de chubasqueros y capas de todo tipo de colorines, les miraban sin creer lo que veían sus ojos, hasta el punto de preguntar: ¿Os han dado vacaciones? ¿Os han dejado salir?
2º) Los pobres niños no quisieron ni pisar los charcos cuando regresaron a Cantocochinos.
Cronistas: Pilar y Agustín