Recibimos un estupendo trabajo del Dr. Manuel González Lago, cardiólogo e intensivista uruguayo que publicaremos por partes. La primera incluye una sistemática exploración de las demandas e indemnizaciones que esta industria ha afrontado en los últimos años.
Parece increíble que sigamos confiando en unas empresas que han demostrado de manera tan clara su falta de escrúpulos. Probablemente, con la industria de las armas, la alimentación, las finanzas y la energía, la peor cara del capitalismo corporativo.
¿Hay que contar con la industria? Sí. Sin duda. Pero, como hay que contar con Bashar al-Ásad para pacificar Siria: probablemente, igual que pasa con el tirano, no podemos prescindir de la industria; se ha hecho necesaria ya que domina el escenario y su ausencia generaría un mal mayor que el que supone su presencia. Es decir, la industria ha pasado de ser una aliada de la medicina hasta la década de los 80 a ser el mal menor.
Es urgente imponer, mediante procedimientos políticos democráticos, unas reglas del juego distintas que impidan que se sigan cometiendo tropelías.
¿Se puede hacer de al-Ásad un demócrata? No. Pero es posible que su sucesor lo sea porque no le quede otro remedio.
¿Se puede hacer de la industria un sector productivo decente? No, con las actuales reglas que laboriosamente ha ido imponiendo la propia industria, con la ayuda de los políticos amigos, campeones del libre mercado.
Ni el sátrapa de Damasco ni la industria farmacéutica son fiables. Hay que esperar que el cambio de las reglas les obligue a tener un comportamiento adecuado.
Puro pragmatismo.
Su alma… llevará más tiempo.
Veamos la lista de los horrores que ha recopilado el Dr. González Lago
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Industria farmacéutica: corrupción contra la salud y los presupuestos públicos
31 marzo 2016 by nmurcia in Noticias Ciudadanos y pacientes Noticias Industrias Noticias Opinión Noticias Transparencia – No Comments
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Recibimos un estupendo trabajo del Dr. Manuel González Lago, cardiólogo e intensivista uruguayo que publicaremos por partes. La primera incluye una sistemática exploración de las demandas e indemnizaciones que esta industria ha afrontado en los últimos años.
Parece increíble que sigamos confiando en unas empresas que han demostrado de manera tan clara su falta de escrúpulos. Probablemente, con la industria de las armas, la alimentación, las finanzas y la energía, la peor cara del capitalismo corporativo.
bashar
¿Hay que contar con la industria? Sí. Sin duda. Pero, como hay que contar con Bashar al-Ásad para pacificar Siria: probablemente, igual que pasa con el tirano, no podemos prescindir de la industria; se ha hecho necesaria ya que domina el escenario y su ausencia generaría un mal mayor que el que supone su presencia. Es decir, la industria ha pasado de ser una aliada de la medicina hasta la década de los 80 a ser el mal menor.
Es urgente imponer, mediante procedimientos políticos democráticos, unas reglas del juego distintas que impidan que se sigan cometiendo tropelías.
¿Se puede hacer de al-Ásad un demócrata? No. Pero es posible que su sucesor lo sea porque no le quede otro remedio.
¿Se puede hacer de la industria un sector productivo decente? No, con las actuales reglas que laboriosamente ha ido imponiendo la propia industria, con la ayuda de los políticos amigos, campeones del libre mercado.
Ni el sátrapa de Damasco ni la industria farmacéutica son fiables. Hay que esperar que el cambio de las reglas les obligue a tener un comportamiento adecuado.
Puro pragmatismo.
Su alma… llevará más tiempo.
Veamos la lista de los horrores que ha recopilado el Dr. González Lago
industria-farmaceutica
“La industria farmacéutica es un sector empresarial dedicado a la fabricación, preparación y comercialización de productos químicos medicinales para el tratamiento y también la prevención de las enfermedades. Algunas empresas del sector fabrican productos químicos farmacéuticos a granel (producción primaria), y los preparan para su uso médico mediante métodos conocidos colectivamente como producción secundaria. Entre los procesos de producción secundaria, altamente automatizados, se encuentran la fabricación de fármacos dosificados, como pastillas, cápsulas o sobres para administración oral, disoluciones para inyección, óvulos y supositorios.”
Fuente: Plataforma NoGracias
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