CRÓNICA EXCURSIÓN AL CANCHO GORDO, LA CABRERA 05/03/2005
El pinchazo económico en esta excursión ha sido de impresión, de 35 apuntados aparecen 22, el tiempo parece que amedrento al personal. Sin embargo el día ha sido estupendo, día claro, soleado, nieve fresca y menos frío del esperado. Bueno, el pinchazo fue contrarrestado con una buena excursión donde hubo de todo. Después de desayunar en el pueblo de la Cabrera afrontamos la terrible subida al Pico de la Miel, menos mal que el esfuerzo era compensado con el espectáculo de los escaladores colgados de la cara sur del Pico de la Miel. Tras alcanzar la vertiente norte nos encontramos con cantidad de agua sólida tirada por el suelo e iniciamos camino agradable por toda la vertiente de la Sierra, alguna que otra portilla con sus descarnadas agujas graníticas nos abre la vista hacia el sur, de impresión y de vértigo. Como íbamos mal de tiempo, el hambre arreciaba y el espesor de la nieve se iba incrementando optamos por no afrontar la última ascensión al pico de Cancho Gordo y buscar latitudes más amables y cálidas. En el collado de la Flecha decidimos descender hacía el Monasterio de San Antonio al que llegamos después de una breve parada para comer. Llegados al monasterio un amable franciscano se presto a enseñarnos el románico más sobrio y antiguo de la Península y a contarnos la historia del monasterio con pelos y señales. El entorno y el recinto de impresión. Como se lo montaban en el siglo XI. Finalmente, tomamos un agradable camino hasta el pueblo de Valdemanco desde donde partimos de vuelta a la urbe después del pertinente refresquillo en ruda tasca de canteros.