La Maliciosa desde el puerto de Navacerrada, pasando por el collado del Piornal
Esta vez si que había perspectivas de subir a La Maliciosa, el pico que en nuestra salida anterior de febrero se nos resistió debido a las condiciones metereológicas. Estábamos todos muy ilusionados y hacia Navacerrada enfilamos en el autobús que nos recogió. Las previsiones del tiempo, en esta ocasión eran magnificas, así que solo había que poner de nuestra parte para cumplir con nuestra cima.
Ya en el puerto de Navacerrada, nos alicatamos con botas y polainas y después de tomarnos un rico café, empezamos la subida a la Bola del Mundo. Como pasa siempre en estas subidas, el grupo se fue estirando, máxime cuando tomamos un pequeño atajo, por el que Julio nos guió a través de una pendiente “algo más empinada” que el camino habitual. No obstante, todos llegamos con buen fin y nos unimos con el resto de gente, turistas, algún esquiador, que transitaban el último tramo en la cresta que va desde el telesilla a la Bola.
Las vistas aquí eran espectaculares, y ya veíamos la Maliciosa enfrente de nosotros, algunos empezamos a dudar si llegaríamos o no, pues teníamos que bajar un collado y luego subir, y desde aquí impresionaba la mole que nos esperaba. Después de descansar un rato comenzamos la bajada.
En el collado del Piornal hicimos una asamblea, y barajamos todas las alternativas que se nos ofrecían, la idea original era subir a La Maliciosa y volver a bajar a este collado e iniciar ya la bajada hacia la Barranca del Infierno. Por lo tanto, podíamos elegir entre subir a La Maliciosa, quedarnos en el collado a esperar a los que subieran, empezar a bajar hacia la Barranca y/o subir hasta donde pudiéramos. Al final, el ánimo de los que tenían claro que iban a subir, se nos contagió a todos y decidimos tirar todos hacía arriba, al menos hasta donde pudiéramos.
Cual no sería nuestra sorpresa, que cuando nos quisimos dar cuenta ya habíamos llegado todos a la Maliciosa. La alegría reinaba entre nosotros, mientras contemplábamos las maravillosas vistas, nos tomamos un refrigerio. El té, chocolate, tapas de jamón, etc. se pasaban de unos a otros, hasta que empezamos el retorno, ahora algo más ágiles ya y ligeramente repuestos.
Todos los nombres suelen tener un porqué y esto del Barranco del Infierno, lo empezamos a entender. Era bajada, sí, ya no teníamos que sufrir una costosa subida, pero ¡que bajadita!, algo “divertida” diríamos, será por hacer justicia a la Maliciosa. Además, todos íbamos con una cierta prisa, pues estabamos deseando de comer, que al final fue una comida-merienda, pero mereció la pena, nos juntamos con algunos compañeros que habían hecho otro recorrido y nos esperaban en la Fuente de la Campanilla. En una pradera entre árboles, viendo las cimas arriba coronadas con nieve, nos extendimos todos para dar buena cuenta de nuestras viandas. Los chistes nos acompañaron en la sobremesa y entre risas descansamos de la jornada.
Aún nos quedaba un evento importante por celebrar, la ceremonia de nombramiento de Caballero y Dama Vetones Patas Liebres de Adrián y Rocío, los más jóvenes del grupo en hacer cumbre. Se les hizo pasar por debajo de las espadas de los Caballeros de la Mesa Incolora, y dándoles un toque de piolet se les impuso Caballero y Dama de la Orden.
Ya solo nos quedaba hacer el último trecho y llegar al autobús que nos estaba esperando. Eso si, aún nos dio tiempo de tomar una cerveza y de hacer una ronda del “juego de la argolla”. Y ya, a pensar en la próxima salida.