Vecinos y vecinas, amigos y amigas de La Osera.
Ante el desalojo de La Osera este 5 de julio, nos dirigimos a quienes han apoyado y apoyan este proyecto de liberación y autogestión del espacio en el distrito de Usera.
El IVIMA pretende “dar una lección” y clausurar un proyecto autónomo y transformador, en un espacio que ha tenido abandonado durante 17 años y para el que no tiene más plan que volver a convertirlo en palomar.
La agresión se produce cuando, en los últimos meses, hemos asistido al desalojo del CSO La Salamanquesa, en el barrio de Salamanca, y al anuncio de cierre de La Casika, en Móstoles, este último un espacio con 15 años de historia y lucha.
No es casualidad: en el momento de ataque brutal, económico y social, contra el 99% de la población de este país, los espacios liberados son un núcleo de resistencia y acumulación de fuerzas.
Nos quieren arrebatar todo por lo que han luchado generaciones anteriores: sanidad, educación, vivienda, derechos laborales y sociales, libertades públicas.. y para ello deben aplastar cualquier intento de autogestión, de autonomía y de poder popular.
Sabemos que somos una prioridad en su punto de mira. Los centros sociales les molestan. La propia delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, ha apuntado que “las importantes casas okupas en Madrid” son el “soporte logístico” de movimientos como el 15M. Está reciente su exabrupto contra La Tabacalera. En realidad, están en su objetivo todos los movimientos sociales que quieren transformar la realidad desde estos espacios liberados.
Es por ello que pedimos la solidaridad de todos los vecinos y vecinas del barrio, así como de organizaciones sociales y que luchan, para quienes La Osera ya se había convertido en un referente cultural y social. La Osera pertenece al pueblo, no a las instituciones del régimen.
Y anunciamos que, pase lo que pase, el proyecto seguirá adelante y la reclamación del edificio también, por más que le pese al director gerente del IVIMA, señor Juan Van Halen, al que señalamos como primer responsable.
¡No a los desalojos!
¡Qué florezcan diez, cien, mil centro sociales!
¡La Osera resiste!
Deja una respuesta