El otro día asistí a una charla informativa sobre la Privatización del Canal de Isabel II, y me quede sorprendida, puesto que la asistencia fue reducida.
Esto, me llevó a preguntarme si es que las personas no están concienciadas de la importancia del agua, o de la cantidad de riesgos y problemas que podría ocasionar la privatización del Canal.
Para zambullirnos en aquello que os quiero contar comenzaremos por distinguir tres tipos de agua distintos, el agua vida, el agua ciudadanía, y el agua negocio.
El agua vida hace referencia al agua que nuestro cuerpo necesita para vivir.
El agua ciudadanía hace referencia a aquella que usamos las personas por ejemplo al ducharnos, lavarnos los dientes, poner una lavadora…
Mientras que el agua negocio es aquella que está destinada a cuestiones como por ejemplo regar los campos de golf.
El Canal de Isabel II es la empresa pública responsable de la gestión del ciclo integral del agua en la Comunidad de Madrid.
El Canal, se ocupa de todos los procesos orientados a una adecuada administración de los recursos hídricos necesarios para el desarrollo y mantenimiento de la calidad de vida: captación, potabilización y vigilancia de la calidad, transporte, distribución y, la depuración de las aguas residuales para su retorno al cauce de los ríos.
El Canal de Isabel II gestiona 14 embalses y dispone de 85 instalaciones de captación de aguas subterráneas. La calidad del agua se asegura en las 13 estaciones de tratamiento, los 9 laboratorios y las 31 estaciones de vigilancia en las que se lleva a cabo un análisis cada 10 segundos.
Por ello deberíamos preocuparnos, por las consecuencias, o los riesgos que conlleva la privatización.
En primer lugar, como todos sabemos, al igual que como ya pasó con la electricidad la privatización da lugar a una subida de los precios, si el agua es un negocio se venderá a quién lo pueda pagar sin tener en cuenta las necesidades.
La privatización también puede inducir a una peor calidad en el agua, puesto que a las empresas lo que interesa es la maximización del beneficio, y no si el agua llega a todos o si esta tiene la mejor calidad (como por ejemplo sabemos que el agua del Canal en la actualidad tiene mejor precio, calidad, y tratamiento que las aguas embotelladas).
Otro riesgo es la reducción de trabajadores, es decir, el despido, los recortes en sueldos e incluso de las condiciones laborales. Considero importante tener en cuenta que el agua es básica para la vida, y que por ello no debería ser un negocio, no debería ser mercancía, sino, pública y de calidad para todos.
Ahora es cuestión de que ustedes mismos se informen (http://www.plataformacontralaprivatizaciondelcyii.org/) y juzguen.
Yo por mi parte los invito a la manifestación que se realizará el día 8 de Octubre a las 18:00, en la calle Santa Engracia 125, en contra de la privatización del Canal de Isabel II.
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