Lo más extraño para el observador es que termina por acostumbrarse. El miedo se convierte en impotencia, luego en rabia y al final en conformismo. La sordidez de las vidas de estas mujeres que conviven en los burdeles del sur de México se ve amortiguada por sus espeluznantes pasados. En ellos nada era normal, el sexo se parecía más a la violación; la familia, a los victimarios; y el cuerpo, a una tarjeta de salida de un infierno hacia el otro. Todo cruzado por esa fina red de coerciones a la que llaman trata. Centroamericanas migrantes atrapadas en la prostitución, lejos del Norte y de esa entelequia llamada el sueño americano.
Impresionantes historias en pleno siglo XXI, parecen lejanas, pero una vuelta por el polígono Industrial de Villaverde, las pone muy cerca de tod@s nosotr@s.
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