En el Ayuntamiento de Madrid, renovado tras la marcha de Alberto Ruiz Gallardón, se han encontrado con una cara factura: el contrato de mantenimiento del obelisco que Santiago Calatrava erigió en la Plaza Castilla. Ante el elevado coste, más de 150.000 euros al año, se está replanteando los servicios que se adjudicarán al citado monumento.
Según informó ayer la portavoz socialista de Las Artes, Ana García D’Atri, se han topado con un acuerdo que no aparecía en el contrato inicialmente firmado entre el Ayuntamiento y la Fundación Caja Madrid. Se trata de los servicios de limpieza y conservación del obelisco, así como del parterre que lo rodea, todo ello por un valor de 312.000 euros hasta 2014, lo que supone un coste de más de 150.000 euros anuales.
Tras la denuncia de los socialistas, el ayuntamiento ha decidido revisar el proyecto junto con la Fundación Caja Madrid, según ha confirmado el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva. Según explicó, se han iniciado las conversaciones para “buscar fórmulas para abaratar el coste”, que ha calificado de “muy elevado”. “No podemos asumirlo”, manifestó el vicealcalde.
No se ajusta a los planes iniciales
A este respecto, el delegado de Las Artes del Ayuntamiento de Madrid, Fernando Villalonga, ha reconocido que el gasto de funcionamiento del Obelisco Calatrava es “más caro de lo pensado”, algo que ha confesado con conocimiento de causa, ya que fue director de estudios del arquitecto cuando se diseñó la columna.
Villalonga, que no ha podido aportar más datos sobre dicho contrato, ha explicado que el monumento no estaba ideado tal y como ahora luce en Plaza Castilla ya que el parterre era originalmente una fuente, a la que hubo que renunciar por restricciones presupuestarias.
A eso ha sumado que el diseño inicial incluía que el obelisco se moviera dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche, cuando finalmente no ha sido así. “Es más caro el funcionamiento de lo pensado”, ha afirmado el delegado.
D’Atri, por su parte, ha expuesto que el monumento se encuentra en un espacio público, propiedad del contribuyente, y que por eso “no corresponde tomar decisiones arbitrarias”. Después de insistir en sus dudas sobre que este contrato de mantenimiento apareciera en el original, la socialista ha cuestionado que se incluya la limpieza de graffitis del obelisco.
“Los graffitis no se van a hacer a una altura superior de lo que mide un ser humano”, ha expuesto la concejala dejando patente lo que considera el sinsentido de dicha cláusula, a lo que suma que se trata de una labor que no corresponde al área de Las Artes.
El proyecto fue la primera gran obra de Calatrava en Madrid y constituía un regalo de Caja Madrid, que entonces estaba presidida por Miguel Blesa, a la ciudad con motivo del tercer centenario del nacimiento de la entidad, ahora integrada en Bankia.
Fuente: El Economista >>
Deja una respuesta