«¿Qué haremos cuando privaticen las calles
y para pisarlas haya que pagar a una constructora?»
¿QUÉ nos deparará el futuro? Con nuestros países cada vez más endeudados, con los banqueros, políticos y empresarios del mundo mundial engordando en avaricia, opacidad y corrupción… mientras nosotros cada día estamos más desinformados, más engañados, más explotados, más avasallados… y más impávidos, también.
Yo no creo que una novela pueda «cambiar la historia», como dijo ayer Mario Vargas Llosa en Estocolmo, en su discurso de agradecimiento por el Nobel de Literatura. Pero Wikileaks, desde luego, sí que puede cambiarla y de hecho lo está haciendo, gracias a la información.
De vez en cuando entro en páginas como la de ‘El proyecto matriz’ (elproyectomatriz.wordpress.com), donde suelo encontrar algunos dossieres y artículos interesantes sobre temas de actualidad. En uno de ellos, el médico Juan Gérvas explora el reciente plantón de los controladores aéreos y la contundente respuesta del Gobierno, para, a continuación, cuestionar lo siguiente:
«¿Qué haremos cuando la jubilación llegue días antes de la muerte? ¿Qué haremos cuando eliminen los domingos y los conviertan en días laborables? ¿Qué haremos cuando privaticen los montes públicos? ¿Qué haremos cuando nos sumen al horario laboral las horas de vacaciones, bajas, formación y sindicales y tengamos que «compensarlas» con horas extras? ¿Qué haremos cuando privaticen las calles y para pisarlas haya que pagar a una constructora, por ejemplo? ¿Qué haremos cuando suban el IVA al 50%? ¿Qué haremos cuando declaren el «estado de alarma» y nos militaricen a todos para vacunarnos contra una gripe nueva amenazante? (…)».
El futuro inmediato, la verdad, pinta bastante negro. Y no sólo para los más de cuatro millones de parados (sin subsidio y sin sustento), o para las 200.000 familias a las que los banqueros españoles ya han puesto en la calle por desahucios que no anulan las deudas hipotecarias… También pinta negro para cada uno de nosotros.… Y, mientras tanto, que viva el derroche institucional, privaticemos las loterías, y sobre todo aumentemos las dietas y los sueldos de los banqueros (lo de Caja España-Duero ¿no produce sonrojo y vergüenza?)… Sigamos impávidos, pues.
(Eloisa Otero-Publicada el 8 de diciembre de 2010, miércoles, en EL MUNDO DE LEÓN)
Posted in EL ESPEJISMO DE LA GALBANA / Una columna en EL MUNDO
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