Nos cierran el grifo o nos lo encarecen, es decir, nos privatizan el agua. Da igual que sea agua vida (la que necesitamos para beber o cocinar, alimentarnos y asearnos que debiera ser gratuita siempre); agua ciudadanía (la que utilizamos como seres humanos para refrescarnos o regar nuestros parques); o agua mercado (utilizada por las empresas para fabricar sus productos o realizar sus actividades). De cualquier forma se quiere convertir el agua (un elemento vital y escaso) en una mercancía.
¿Por qué? Porque es un monopolio. Un monopolio natural. Es decir una única empresa que presta un servicio imprescindible.
Hace unos años, después de la segunda guerra mundial, en Europa, los servicios esenciales, imprescindibles los prestaba el estado. Es decir los monopolios naturales los prestaba el estado.
Y todos los economistas estaban de acuerdo con esto, porque los servicios esenciales deben ser prestados por el estado. Si una empresa privada los gestiona puede poner unos precios desorbitados porque la población está dispuesta a pagar cualquier precio para no morir o enfermar.
Pero la cosa empezó a cambiar con la llegada de Margaret Thatcher al Reino Unido y Ronald Reagan a Estados Unidos (1980). Poco a poco se fueron privatizando las empresas públicas porque era un buen negocio para unos pocos. Es el inicio del neoliberalismo y del proceso llamado globalización económica.
El agua está claro que es un monopolio natural. No podemos instalar otro grifo u otras fuentes del líquido en nuestras casas para sacar agua. Estamos obligados a consumirla y quieren que la paguemos en “euros”, muchos euros más de lo que cuesta recogerla, depurarla, canalizarla y servirla. El precio lo pondrán ellos.
En realidad el proceso de privatización del CYII se puso en marcha desde hace varias décadas. En los años ochenta del siglo pasado se pusieron los primeros pilares para su privatización. Pero en el 2001 comenzó su “patrimonializacíon”, es decir, los beneficios del CYII que siempre fueron bienes públicos y estuvieron regulados por el derecho público se transformaron en bienes patrimoniales, regulados por el derecho privado; y se crearon más de 30 empresas instrumentales o “vehículos” para poder hacer negocios con el agua en Latinoamérica. Ahora el CYII es una transnacional que explota a los trabajadores en esos países y roba a los indígenas allí donde opera. Y eso que tan mal se hacía fuera, se quiere hacer también aquí, en Madrid, con el agua de Madrid, de manera oculta y solapada para que no se enteren ni sus trabajadores ni los ciudadanos. El CYII es como una colcha de retazos, formada por muchos pedazos, cada uno de los cuales es propiedad de los municipios y también de la Comunidad de Mdrid. En mayo pasado se firmó un convenio por el cual el Ayuntamiento de Madrid puede cubrir alguno de sus agujeros de los presupuestos del 2012 con el producto de la venta parcial del 10% de las acciones de la nueva empresa privada que gestionará el agua . De manera menos “fina” se procederá con los municipios, a quienes la Comunidad Autónoma de Madrid debe mucho dinero. Los van a chantajear: Si no firman los convenios de encomienda con la nueva sociedad privada del agua, la CAM no les pagará lo que les debe. Por eso es importante que estemos informados, atentos y movilizados para evitar dichos chantajes; para advertir a los políticos locales que no deben dejarse intimidar por el gobierno de la CAM que quiere hacer del agua una fuente más de financiación de su política del “ladrillo”. Y también para exigir que el gobierno de la Nación actué y por medio del Ministerio de Medio Ambiente o de la Confederación Hidrográfica del Tajo, revierta las encomiendas realizadas, reasuma sus competencias así como la titularidad de los bienes que son suyos( es decir nuestros) antes de que los conviertan en mercancía y riqueza de unos pocos.
Si no lo hacemos se privatizará la gestión del agua y venderán todo el patrimonio del CYII, acumulado en 160 años. Las tarifas del agua se dispararán (como ya se hizo con el agua privatizada en Latinoamérica), los estándares de calidad del agua bajarán (pues solo la empresa pública los mantiene por encima de los obligatorios), y en vez de ahorro se potenciará el consumo (y por tanto el negocio) de un liquido limitado y finito, por lo que los más pobres podrán verse muy afectados. Los seres humanos estamos constituidos por agua en un 70%, aceptar la privatización del agua es aceptar que se privatice el 70% de nuestra naturaleza. La movilización puede parar esta privatización. Exijamos la celebración de un referéndum vinculante contra la privatización del CYII.
Plataforma contra la privatización del CYII
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