Después de 14 años de abandono, un grupo de vecinos del distrito de Usera (Madrid) ha tomado la iniciativa y ocupado las instalaciones de un teatro que el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) comenzó a construir en 1997 y no finalizó jamás en uno de los barrios más abandonados de la capital y con una gran carencia de centros de ocio y culturales.
Los vecinos, que han renombrado el espacio como Centro Social y Cultural Autogestionado La Osera, hicieron pública esta iniciativa el día 24 de septiembre con una comida popular a la que acudieron otros vecinos y participantes en la Asamblea Popular del distrito. “Nuestra intención es liberar este espacio que lleva cerrado tantos años y nunca ha sido utilizado”, explicaba a este periódico uno de los participantes, que añadía que el futuro centro social y cultural “se va a abrir a todo el mundo, a la Asamblea Popular, a los vecinos…”, dando cabida a las actividades e iniciativas que éstos propongan.
A pesar de la lucha llevada a cabo durante años por la Asociación de Vecinos La Unión de Almendrales, que exigía la apertura del centro, desde que se iniciara su construcción, la falta de entendimiento en materia presupuestaria entre el Ivima, propietario de las instalaciones, y el Ayuntamiento, responsable de su gestión, ha llevado al teatro a una situación de abandono total, y la promesa de apertura del auditorio recogida en los programas electorales de Ruiz-Gallardón en 2003 y 2007 se incumplieron, según denunció en su día la concejal de Izquierda Unida Milagros Hernández. Y a pesar de que el último Plan especial de inversión y actuación territorial para el distrito de Usera recoge una vez más la “puesta en marcha del teatro de Almendrales, previo acuerdo con el Ivima”, este medio ha podido comprobar que su situación no había cambiado.
A partir de ahora, los vecinos trabajarán a contrarreloj para desescombrar, limpiar y acondicionar el edificio, que dispone de cuatro plantas, un sótano y una terraza, un trabajo que se prolongará durante varias semanas antes de que sea posible su apertura.
¡Qué envidia!
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