Tenemos una democracia que parece temer a la población, limitando enormemente las vías de participación. La población no tiene mecanismos para corregir decisiones que no tienen el apoyo popular.
Los indignados son solo una ciudadanía que reclama un auténtico ejercicio de democracia, que dejemos de pagar la crisis quienes no la creamos y los sectores más débiles de la sociedad. Reclaman derechos básicos y un cumplimiento de responsabilidades estricto por parte de quienes gobiernan
Algún día la sociedad ha de alcanzar el grado de madurez necesario para abandonar la soberbia, la prepotencia y la sinrazón. Y ya hemos comenzado…estamos en obras…e ilusionados a pesar de que sobre “demasiado mes a final de sueldo”.
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