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Elaborado por el Grupo de Trabajo de Pensamiento de la Comisión de Política, Pensamiento, Trabajo y Economía del Distrito de Villaverde
“Si por un momento nos abstrajéramos de los que vivimos y nos hacen llamar vida y observáramos a ese o aquella que se sienta a nuestro lado en el autobús. Si un día cualquiera nos preguntásemos quién estará en el opuesto del mundo y si le importe que hace unos días me hayan despedido del trabajo.
Si será empática al miedo que siento de que el sistema me excluya definitivamente. A mí y a mi familia.
Quizás entonces te preguntes por todas las cosas que os hacen iguales frente a los más cotidiano de la vida y a lo más escalofriante de la muerte. Frente al estruendo de un reloj en una noche de insomnio.
Quizás te des cuenta de que todos vivimos bajo el mismo cielo y sobre la misma tierra; que todos los seres humanos, más allá de humanos, buscamos participar de lo que trasciende en el hombre y ser PERSONAS. Que como personas, necesitamos vivir en sociedad y formar parte de un todo en el espacio y el tiempo que algunos llaman Humanidad, en cuya evolución nos implicamos desde nuestro nacimiento por nuestra INTELIGENCIA y LIBERTAD hacia, lo que esperamos sea, un marco de Amor y Respeto. Justo y Bueno.
Pero ¿A qué justicia común podemos aspirar? A la DIGNIDAD humana. Esto es, “ningún ser humano por encima o debajo del otro” y sólo por el hecho de nacer nos hemos de reconocer dignas y con el DERECHO de “poder” para desarrollarnos de acuerdo a nuestra razón y libertad, y al mismo tiempo de asumir con responsabilidad (el DEBER) las consecuencias de nuestra libre acción, siempre encaminada hacia el bien común.
Vivimos para aprender a pensar. Pensamos para aprender a vivir, y eso significa ser conscientes de nuestras razones inherentes como personas físicas, emocionales, sociales e intuitivas e impulsar el crecimiento de todas nuestras facetas en pos de una “espiritualidad” más profunda y vasta que recoja y anime la Vida y la de todos los seres.
Esta formación integral de la persona se entiende desde el Movimiento 15-M como necesaria. Apuesta por una trasformación interna (a nivel de conciencia común basada en el respeto, lo cooperativo, la solidaridad, el pensarnos “libres, dignos y capaces“) y externa (compromiso social para asegurar los atributos de la persona mediante la revolución política, de valores, social, educativa…) con el fin de conseguir entre todos un mundo más justo.
Pensando ” E s p i r i t u a l “
Espiritual: Lo entendemos como la manifestación en el ser humano, desde tiempos remotos, de la búsqueda
de significados acerca de su existencia, de su origen y su destino, como búsqueda del sentido de su vida
Abogamos por la multiplicidad en las creencias y proclamamos el derecho de creer o no creer, en un marco de máximo respeto a la pluralidad, aunque entendemos que nuestra fuerza en el desarrollo de una vida mejor está en el punto donde coinciden las esperanzas de todos ( en lo que nos UNE y no en lo que nos separa ), rechazando fanatismos, totalitarismos y fundamentalismos de cualquier naturaleza, por cuanto tienen de exclusividad e imposición.
Todas las personas consciente o inconscientemente partimos y actuamos desde lo que somos y si por un momento, dejáramos nuestro ajetreo diario y nos pusiéramos a pensar sobre ¿ Quienes somos ?, llegaríamos a la conclusión de que somos “ personas humanas “, que, a la vez que formamos parte del mundo, lo trascendemos y mostramos una singular capacidad – por nuestra inteligencia y por nuestra libertad – de transformarlo, y nos sentimos impulsados a la acción con esta finalidad. La “dignidad humana” la podemos definir como: “ ningún ser humano por encima ni por debajo de otro”. Por el sólo hecho de nacer nos hemos de reconocer con el DERECHO de SER PERSONA DIGNA, con el “ poder “ para desarrollarnos de acuerdo a como nos dicte nuestra conciencia y al mismo tiempo asumir la responsabilidad “ DEBER “ de lo que libremente hayamos optado, todo ello dentro del marco general de Amor y de Respeto encaminado al bien común.
Ejemplo: Yo como padre tengo el “ deber “ de educar a mis hijos, pero, tengo el “ derecho “ de poder hacerlo y para
ello he de tener cubiertas las necesidades básicas: trabajo, vivienda, alimentación, salud, educación…etc.
La persona, a través de la integración de sus potencialidades (Voluntad, Entendimiento y Principios), va tomando conciencia de su espiritualidad ( la de SER DIGNA ) impulsándola hacia delante, hacia algún tipo de desarrollo – físico, emocional, intuitivo o social –, en definitiva, a crecer, a ser mejor.
Del movimiento del 15 M, se pueden deducir dos corrientes de acción y de pensamiento, íntimamente ligadas en una transformación integral.:
La transformación interna: el cambio de uno mismo, el cambio de actitud, de conciencia, de respeto, del pensamiento individual y colectivo, del cooperativismo, de la solidaridad …. Todo ello son medios para llegar a transformarnos y ser mejores ….
La transformación externa: cambio de sistema, propuestas y consensos, reivindicaciones y acciones políticas, compromisos individuales y colectivos,….es el fin para conseguir entre todos un mundo más justo.
Todas estas acciones se realizan dentro de las “ Líneas maestras “ de construcción del pensamiento
recogidas en el movimiento 15 M, siendo todas ellas necesarias y NO excluyentes unas de las otras::
Inclusivo. Asambleario. Humanista.
No violento. Cibernético. Solidario y en
Horizontal. Espiritual y Laicidad. Evolución constante.
Pensando ” L á i c i d a d “
Durante mucho tiempo y a lo largo de la historia, los seres humanos han vivido con la creencia de que lo espiritual sólo era dominio de las religiones y dentro de ellas sólo de unos pocos. Recogiendo las experiencias vividas a lo largo de estos últimos siglos de historia, desde el movimiento 15 M partimos del planteamiento de que lo espiritual no sólo pertenece a lo religioso sino que está también en el “ LÁICO “ ( alguien del pueblo, en Unidad e Igualdad separado de la estructura jerárquica y sin privilegios de algunos sobre los demás ).
Antes de seguir conviene tener muy claro los dos términos siguientes:
Laicidad: Mutuo respeto entre Religiones y Estado fundamentado en la autonomía de cada parte
Laicismo: Hostilidad o indeferencia contra la religión.
La laicidad es la devolución de la potencia pública a todos sin distinción, es fundamentar la ley sobre lo que es común a todos los hombres, o sea el interés común, lo que excluye toda dominación fundada en un credo impuesto a todos por parte de algunos que tiende a establecer un poder temporal, con dominación de la esfera publica, con pretexto de la dimensión colectiva de la religión, política, economía , etc.
Lo esencial de la laicidad es: unir a todos por lo que alza a cada uno, trabajar en UNIÓN por aquello que nos es común, que nos interesa a todos, recogido en los siguientes principios esenciales:
.- libertad radical de conciencia, ( facultad de elegir las referencias espirituales sin obligación a una versión determinada de la espiritualidad ) e
.- igualdad desde todos los puntos de vista de los ciudadanos; jurídica, política, simbólica, y espiritual.
La sociedad laica es de todos, y no de los creyentes o de los ateos. Por eso ha de ser confesionalmente neutral, abierta a la universalidad y con autonomía de juicio de cada ciudadano que la fortalece. Además no se afirma en el mismo plano que las diversas opciones espirituales, pues permite fundamentar su coexistencia justa. Desde este aspecto, la laicidad trasciende las diversas opciones espirituales, recordando a los hombres que la humanidad es una antes de especificarse en creencias.
Pensando ” Espiritual y Laicidad “
Ligar Espiritualidad y Laicidad: es ligar la posibilidad de incluir cualquier creencia a separar ésta totalmente del poder del estado. También convenimos en procurar el desarrollo “interior” con el fin de establecer un sentido vital, que redunde en la educación, esperanza y proceso de superación, que lleve a procurar la evolución positiva, en el sentido de beneficiosa, para cada ser, al mismo tiempo que toda ella esté dirigida también hacia el bien común.
Espiritualidad y Laicidad: redundará en la aconfesionalidad estatal y fomentará la igualdad, el amor y el respeto por todos los integrantes de la comunidad, cuyas acciones estarán enmarcadas en el respeto y el desarrollo individual y colectivo, para que todos juntos trabajemos por el logro de un mundo más justo.
Espiritualidad y Laicidad: es también un principio de solidaridad ( inclusiva, horizontal y respetuosa), entendido como idea de unidad y cohesión social, como búsqueda de bienes y vínculos comunes, como hábito de colaboración en busca de una mayor eficacia y de una mayor justicia social para todos, a través del reparto más igualitario entre TODOS…, evitando la injusticia social ( la vergüenza del SER HUMANO…) de seguir permitiendo que hoy mismo se estén muriendo de hambre miles, 41.666 de seres humanos * aproximadamente por este mal reparto de los recursos.”
* ( según informe de la FAO, recogido en: http://www.marianistas.org/justiciaypaz/Materiales/Ayuno-oracion/Guiones%20ayuno/38%20Ayuno%20Sep-06.pdf Apartado 2. “ La violencia del hambre “
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