“La pornografía es una práctica del fascismo en la vida de todos los días. Los regímenes autoritarios lo restringían al uso de las élites, y lo que han hecho los Gobiernos democráticos es simplemente hacerla disponible para todos”, afirma lajurista con contundencia. Es también una práctica de desigualdad y discriminación que genera violencia, porque hay que saber que, cuando los hombres ven pornografia, después repiten lo que han visto en sus ámbitos privados, la casa, la oficina y la escuela”.
Maackinnon
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