El sistema capitalista se muere y lo que nos tienen preparado depende de la capacidad humana de salir de su propia ignorancia. Hay que ganarse la libertad, queriéndola hasta donde el sentido por la paz lo permita.
Es urgente que la gente tenga conciencia de lo malo que es el sistema actual y desee entrar en un nuevo sistema respetuoso con los seres vivos y sostenible, con pleno convencimiento y aceptación. Hemos de estar preparados para responder con la máxima unanimidad.
Es urgente el cambio, cuando las entidades sociales tienen serios problemas ya que desde hace tres años reciben menos recursos para ayudar a las personas y sus reservas están agotadas, por lo que la situación de las personas más vulnerables está siendo desesperada.
Por mucho que se hable de mucha gente que vive de la economía sumergida, la verdad es que hay muchísima gente y cada vez más que tiene muy poco o nada para llegar a fin de mes y que las organizaciones de ayuda ya no tienen con qué ayudar. Nos está rodeando la miseria, la pobreza y calamidades y la sociedad no quiere ver que se está desangrando sin enterarse…aunque observe cómo se pone en la calle a ancianos y niños en pleno invierno, se les echa de su casa a la intemperie, mientras miles de edificios vacíos ya no tienen valor de hogar y cobijo…solo de usura y tufo a sociedad criminal y corrompida.
Es pues la hora de renacer. El momento de dejar a un lado el egoísmo y hacernos piña, ayudándonos unos a otros en todo lo que podamos.
Sinceramente me dan pena esas personas que sólo quieren acumular riqueza y más riqueza (me recuerdan al “tío Gilito”) y que nunca se ven hartos, aunque eso conlleve a la desgracia de los demás. ¡No tienen ni pajolera idea de historia! Si fuese así sabrían que los faraones fueron enterrados con grandes tesoros pero que éstos… se quedaron dentro de la pirámide…
También les diría que lo verdaderamente gratificante es la generosidad sin pedir nada a cambio. Eso existe, sin ir más lejos… los donantes de sangre.