Las propuestas y los objetivos del movimiento 15-M no son lo importante. Muchas de las propuestas ya se habían oído desde partidos de izquierda, grupos ecologistas o instituciones sociales. Lo específico del 15M, lo verdaderamente importante es la forma de hacer el camino. El movimiento es respetuoso con toda persona que se acerca a él. No existen aquí tontos o ineptos, ni la masa a la que desprecian y manipulan los políticos tradicionales. Existe, en todo caso, gente equivocada, a la que los poderes fácticos han escatimado recursos educativos, gente abducida, no acostumbrada a reflexionar, a hacerse preguntas.
Los jóvenes sobradamente preparados del 15M, de forma respetuosa, pedagógica y paciente, les invitan a informarse, a no asustarse de palabras desconocidas, a tomar la dirección de sus propias vidas, a exigir formación, un trabajo con el que sentirse útil e integrado, tiempo libre y ocio de calidad y, al tiempo, asumir compromisos ciudadanos de solidaridad, de cuidado con el medio ambiente, de decrecimiento en aquellos casos de abuso de recursos.
Hasta el 15M, la desconfianza ha sido la forma de relacionarnos habitual. Con la desconfianza instalada, la gente ha estado aceptando rebajados regalos envenenados. Tras el 15M se empieza a transitar codo a codo con el vecindario, escuchando activamente y reflexionando fuera del pensamiento único promocionado por los poderes ejercidos desde privilegios, a veces increíbles.
Así, la asamblea se constituye como inicio e impulso de una civilización emergente y trata de conseguir que todo el esfuerzo mediático desplegado desde el poder-privilegio, vaya siendo solo un ruido de fondo cuya molestia debe sufrir esta nueva civilización emergente, pero que no le aparta del iniciado diálogo socrático cuya música empieza ya a sofocar y amortiguar el zumbido, hasta ahora gigantesco e inhumano, de monstruos dedicados a preservar cada vez más grandes privilegios, instalados en el corto plazo, sin límite ninguno, sin duelo de pisotear derechos humanos, sin duelo por no evitar el maltrato animal ni la inviabilidad de vida futura en el planeta.
La música del 15M viene a cantar la reconstrucción de la dignidad humana, la condición social de las personas, la certeza de que se puede aprender a superar limitaciones sin necesidad de soportar sumisiones absolutas ni esclavitudes permanentes.
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